...A deshora...

-Te quiero- Lo dijo muy despacio y muy suave, como si temiera la posible reacción
-¿Cómo?- Preguntó él, tan sorprendido por aquellas palabras, como por el tono empleado. No era ella la que tenía detalles de aquel tipo, nunca fue ella la que decía primero aquellas palabras. No, ella se dejaba querer y nada más…
-Que te quiero.- Esta vez lo dijo con voz firme, mirándole a los ojos.-Puedo decírtelo todas las veces que quieras, de todas las formas que te apetezca que lo haga, porque quiero que te quede bien claro…
-Sabes que ahora todo esto está fuera de lugar
-No. No lo está, te sigo queriendo, nunca he dejado de hacerlo, así que no está fuera de lugar, está justo en el lugar en que debe estar… Deberías tenerlo en cuenta.
-Y tú deberías haberlo tenido en cuenta cuando aún había algo que hacer…