...Que nadie diga adiós...


Cuando me preguntaron cuál era mi palabra preferida del castellano, no supe qué contestar. Sin embargo, sí sé cual es la que más detesto, la que me parece más fea. Adiós. Es una palabra que rara vez me oiréis pronunciar (si lo hago, es porque estoy enfadada). Me parece fría, como si pretendieras no volver a ver a alguien, como si lo estuvieras echando de tu vida para siempre. Por eso, aunque esto huela a despedida, espero que nadie la pronuncie. Sí, ya sé que he prometido no ponerme tontita, pero no lo puedo evitar. Odio las despedidas, porque no sé afrontarlas, y este año he tenido demasiadas. Me despedí de alguien mil y una veces, de una forma u otra. Y todavía queda la peor de todas...