Lo mejor de que cada persona sea un ‘mundo’ es, precisamente, la variedad que eso ofrece. Empezando por el amor. Porque existen múltiples tipos de amor, aunque en todas las películas (en su mayoría rancias y americanas), nos quieran hacer creer que el más fuerte es el que se establece entre una pareja. Y no, no necesariamente.
¿Por qué o quién darías la vida? Parece la pregunta a la que responden los protagonistas de ‘Kamikaze’ (2014), opera prima de Alex Pina. Y ahí, encontramos distintos tipos de amor intenso, obligados a entrecruzarse: el que siente Slatan (Álex García) por su patria; el amor maternal y protector de Lola (Carmen Machi) una madre maltratada; la naciente pasión de Nancy (Verónica Echegui) por su propia existencia, el que sienten ante su nueva situación civil Camilo (Iván Massagué) y Natalia (Leticia Dolera) y el amor a la vida, al aire que respira y a todo lo que le rodea de Eugene (Héctor Alterio).
Cartel de la película |
Porque claro, luego tenemos a ese señor (y no por edad, sino en el sentido más positivo de la palabra) al que es difícil no creerse, de cuya vitalidad es complicado que no acabemos contagiados. Gracias, Alterio, por brindarnos otro personaje tan entrañable.
Del elenco más joven, quizá quede relegado a un segundo plano Iván Massagué, quien ya demostró en ‘El laberinto del Fauno’ su valía artística. Pero, claro, el protagonismo masculino se lo tenía que llevar el “guaperas” de turno. Álex García vuelve a hacer de tipo duro, frío y reservado, por un pasado difícil, al que nos tiene acostumbrados. Ojo, no significa esto que lo haga mal (de hecho, probablemente sea esta su actuación más creíble, con acento extranjero y papel de terrorista incluídos), solo que quizá es momento de dar el paso a otros papeles.
Por su parte, a las chicas del film, Leticia Dolera y Verónica Echegui, les servirá el encierro del frío para reencontrarse a sí mismas. La primera, para dejar de ser tan adulta a una edad muy temprana aún. Y la segunda, para empezar a serlo. Ambas impecables en sus papeles (y, esto lo dice alguien que nunca ha simpatizado con la Echegui, así que, piropazo).
Pero claro, todos encerrados en un hotel, en un ambiente de reencontrarse a unos mismos y con 20 grados bajo cero fuera, al final el roce hace el cariño, se valoran más a los hijos, surgen las amistades y los “más que amigos”… Los que antes querían inmolarse por un amor no sabido, ahora quieren, simplemente, vivirlo.
Lo mejor: Empatizar con los personajes y ver su evolución a lo largo de la película
Lo peor: La trama a veces simplona y predecible
La frase: “Por mucho que sufras, siempre habrá alguien que sufra más que tú. Puedes hacer dos cosas: o compadecerte, o bailar al ritmo de la vida” (Anciano a Slatan)