Los buenos errores

Con el tiempo, hasta las personas más indecisas encuentran lo que quieren. O lo que deberían querer. Y, descubren lo que pueden esperar y exigir de cada persona, se adaptan.

A veces, ese aprendizaje llega tras un error o traspiés, que te ayuda a valorar lo que SÍ quieres frente a lo que NO. Entonces,te das cuenta de lo más simple. Que solo quieres gente a tu lado con la que puedas ser tú de verdad, que no te tenga que exigir nada, ni de la que tengas que pedir tú. Ya os lo dais sin esa necesidad de mando. Gente con la que no tengas que callarte por miedo a lo que pensará de ti,gente que te haga temblar pero solo por cosas buenas, nunca por miedo a equivocarte; gente con la que después no tengas que empezar con los "debí decir...", "debí hacer...", porque te ha dejado ser tanto tú mismo, que ya lo has hecho o dicho. O gente a la que nunca negarías. 

Y de esto, puedes empezar a ser consciente en un retroceso, un traspiés.En una vuelta a serte infiel a ti mismo. Pero, los errores, dejan de serlo cuando aprendes de ellos. Cuando el cargo de conciencia se convierte en una decisión que piensas seguir.

Benditos sean algunos errores, hasta los que más han dolido.