Este microrrelato pertenece a un reto mensual elaborado por Maribel (Dos y veintidós) en el que usamos como inspiración una lista de términos. Este relato corresponde al día 20 de octubre.
Ángel era todo lo contrario a un ser divino y bondadoso. Su madre eligió aquel nombre porque auguraba que su hijo sería una especie de bendición. No fue así. Desde temprana edad, manifestó una incapacidad para empatizar. Fue una persona insegura que, para adquirir confianza no dudó en pisotear al resto. En ese "resto", me incluía a mí. Estuvimos casados durante dos años. El noviazgo fue dulce, los primeros meses de matrimonio también, pero después afloraron sus celos, su control, sus insultos... No fui capaz de verlo, por mucho que mi entorno me quisiera advertir. Al final, me recluí solo en él. Hasta que llegaron los golpes y se hizo insoportable. Hoy me armé de valor para abandonarlo. Una bofetada. Un cuchillo. Sangre. Ángel yace muerto a mi lado. Dudo que se transforme en un ángel custodio, pero hoy sé que apareció el mío.
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