Desiertos secos

Este microrrelato pertenece a un reto mensual elaborado por Maribel (Dos y veintidós) en el que usamos como inspiración una lista de términos. Este relato corresponde al día 22 de octubre.  

 

Se encerraron en casa. Esta no era muy grande. Seguía la misma estructura que la del resto de hogares del asentamiento. Edificaciones exactamente iguales que debían ser provisionales, pero que ya cumplían 46 años. Salma era apenas una niña cuando se vieron obligados a vivir en un campo de refugiados saharaui. La de hoy, no es, ni mucho menos, la primera tormenta que vive. Por eso sabe que debe cerrar lo mejor posible puertas y ventanas. Piensa en su esposo. Espera que no le pille en la calle, empeoraría su asma. Mira a la niña que está durmiendo plácidamente. Piensa en si la generación de su hija dejará de vivir en un campo de refugiados. Concluye en lo injusto que es que ella deba repetir el sueño de sus padres, que jamás vieron cumplidos: que las generaciones futuras vivan en un Sáhara libre.

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